Viví en Chile 9 años, en los cuales conocí a amigos entrañables, conocí las alegrias y tristezas de la gente a pie, su idiosincrasia, su política, hasta aprendí su jerga tan especial, es decir tengo y tendré una relación de cariño con su gente. En especial estos días donde como todos en el mundo seguí con mucha preocupación el estado de los 33 mineros atrapados a 700 metros bajo tierra, con un primer desenlace positivo donde se comprobó que los 33 están vivos y con buena salud dentro de lo entendible para esa situación.
Así, día a día sigo los principales noticieros vía internet hasta un par de días atrás que leí la información sobre 5 mineros estaban con depresión o estrés, me llamó la atención que se filtrara una información de ese tipo, ya que afecta al estado de los familiares. Pero caí en una realidad irrefutable, la cual viví en Santiago y es la realidad del periodismo latinoamericano, salvo honrosas excepciones que es el “showbusiness” o el negocio de los medios de comunicación, así como los mismos intereses políticos por sacar partido de la noticia.
Empecé a ver los canales de televisión, los principales periódicos, las declaraciones del gobierno, de los familiares, los videos publicados a la prensa y pensé ¡NO PUEDE SER!. Hay una clara señal que esta desgracia es un negocio para algunos. Puedo entender la alegría de los familiares, la población chilena, del gobierno y del mundo entero al saber que siguen con vida, pero cuando vi que ya filtraron el tema de los mineros con depresión, que entrevistaron a un personaje de la farándula chilena para decirle que un minero tiene su misma voz y aspecto, que Marcelo Bielsa mando camiseta autografiada, que Iván Zamorano llama por teléfono a la familia de un ex futbolista que hoy es uno de los mineros, que el ministro habla sobre que no saben que películas enviarles, que los periódicos preguntan a la farándula que les enviaría usted para que pasen los 3 meses abajo, la historia de la vida del minero que filmó las imágenes, los psicólogos que se apuran de dar interpretaciones, recomendaciones, los programas matinales de televisión buscando noticias con las familias, etc. Me ha dado la mala señal que esto se puede convertir en un show de morbo. Ya me imagino las reuniones de las televisoras para ver quien primero consigue los derechos para filmar una película sobre lo que pasó, el dinero que deben estar ofreciendo a las familias por contar intimidades y ser los primeros en vender, muchos políticos que salen en cámaras para echarse flores, es más no me quiero imaginar cuando los mineros salgan, los millones que van a correr por entrevistarlos, las peleas que se podrían producir porque uno declaro una infidencia de algo que paso allá abajo y no le gusto al otro compañero, o porque un grupo de ellos se lleve más dinero que el resto por contar sus anécdotas, temas que denigrarían la calidad y el esfuerzo de estos mineros por mantenerse con vida.
Es innegable la eficacia con la que le gobierno Chileno ha reaccionado y es una excelente señal, pero no vayan a caer los políticos en este juego de hacerse famoso y empezar a publicar más detalles, creo que es el momento preciso para terminar con el show, ésto debería manejarse sólo entre el gobierno, los mineros y los familiares en reserva y tal vez cada 15 días dar un informe al público del estado de salud de los mineros y nada más. Falta aún un segundo e importante paso, el rescate, Dios no quiera y haya algún evento crítico que afecte la seguridad de alguno de los mineros, si siguen con el show mediático más de uno lamentara no haber mantenido esto con el perfil de seriedad y gravedad que se merece.
4 COMENTARIOS AQUÍ:
Concuerdo contigo en muchas cosas. Lo triste es que de echo ya se está trabajando en la película. Un director Chileno tiene a dos cámaras en el lugar grabando día y noche imágenes que luego termine el proceso, pretende mezclar con secuencias actuadas en lo que por ahora, tiene el nombre provisorio de "Los 33".
El show como dices, da y dará para mucho. En esto días ha estado llegando incluso gente de Discovery Channel quienes están sorprendidos con el proceso de rescate y el uso de maquinarias que originalmente fueron desarrolladas para otros usos. En fin, no se puede vetar a la prensa y si las líneas editoriales de los medios no se autoregulan... es poco lo que podemos exigir, pasa en Chile y pasa en el mundo entero.
Salu2
Ruben, creo que este mal pasa más en latinoamérica, donde se lucra con la desgracia ajena, en Peru ves noticieros donde matan al hijo de una señora y los medios van a filmar como llora y a preguntarle como se siente, y lo mismo he visto en chile. Aca en Alemania los noticieros duran 1 hora, como ejemplo el caso de los muertos del love parade,no le metieron morbo ni fueron a filmar los ataudes, a diferencia de los noticieros matutinos o los matinales que disfrutan con repetir la noticia 4 veces, entrevistar al moribundo, falta aun mucho por recorrer para que nuestros periodistas tengan mas ética, eso mantiene un población depresiva y lo sabran los Norteamericanos que prohiben filmar cadaveres de sus soldados a la prensa americana y esta lo entiende por el efecto que causan imagenes negativas.
Si esta nota habla muy claro con respecto a la falta de etica periodistica que existe en esta parte del mundo,pero la falta es absolutamente responsabilidad de los medios de comunicacion donde trabajan estos periodistas. De hecho hace una hora y media atras viendo los noticieros de las 13.30 horas,ya resulta desagradable ver estos medios que no hacen mas que repetir una y otra vez las mismas escenas y y pasan muchos minutos en lo mismo. Claramente estamos ante una cosa muy morbosa,ni hablar mejor de lo que han hecho los matinales de nuestra television durante esta semana.Hace falta algun tipo de regulacion para que no se pierda la esencia de informar debidamente sin caer en morbos que transforman una noticia en un festin sanguinario y chocante.
A esto yo le llamo el "sensacionalismo" y es una triste realidad de nuestro país y de los "sudacas" en general, gozamos con el morbo.
Claramente, los periodistas no saben distinguir entre la información y los hechos; pero nosotros como televidentes entregamos muy malas señales al mantener con rating los programas morbosos y exacerbar lo mediocre.
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